La varicela es una de esas enfermedades infantiles que la mayoría de los padres reconoce de inmediato: fiebre, malestar y, sobre todo, esas molestas ampollas rojas que pican sin cesar. Aunque muchas personas la consideran una enfermedad leve, puede causar complicaciones, especialmente en bebés, adolescentes y personas con un sistema inmunológico debilitado.
Si tienes un hijo con varicela o quieres prevenirla, aquí te cuento todo lo que necesitas saber.
¿Qué es la varicela y cómo se contagia?
La varicela es una enfermedad viral causada por el virus varicela-zóster. Se transmite muy fácilmente a través del contacto directo con las ampollas o por gotitas de saliva al toser o estornudar. También puede contagiarse al tocar objetos contaminados con el virus, como juguetes, ropa o sábanas.
El periodo de incubación (es decir, el tiempo desde que el niño se contagia hasta que aparecen los síntomas) suele ser de 10 a 21 días. Una persona con varicela es contagiosa desde uno o dos días antes de que aparezcan las ampollas hasta que todas las lesiones se han secado y convertido en costras, lo que generalmente toma unos 5 a 7 días.
Síntomas de la varicela
El primer signo de la varicela suele ser fiebre leve, cansancio y pérdida de apetito. Después de uno o dos días, aparecen las características ampollas en la piel, que pasan por tres fases:
- Manchitas rojas que parecen una erupción.
- Ampollas llenas de líquido, que se forman sobre las manchas.
- Costras, que se secan y caen en aproximadamente una semana.
La erupción puede aparecer en el cuero cabelludo, la cara, el pecho, la espalda y luego extenderse al resto del cuerpo, incluyendo el interior de la boca, los párpados y la zona genital.
¿Cuándo es más grave la varicela?
Aunque en la mayoría de los niños sanos la varicela se resuelve sin problemas, hay situaciones en las que puede complicarse. Algunas señales de alerta son:
- Fiebre alta que dura más de 4 días.
- Dificultad para respirar o tos persistente.
- Erupción que se ve muy roja, caliente o con pus (puede ser una infección en la piel).
- Dolor intenso de cabeza, vómitos o somnolencia excesiva (podría indicar una complicación más grave).
En estos casos, es fundamental acudir al médico de inmediato.
¿Cómo aliviar los síntomas de la varicela?
No existe un tratamiento específico para curar la varicela, pero sí hay formas de aliviar los síntomas y hacer que el niño se sienta más cómodo:
- Baños de avena o con agua tibia: Ayudan a calmar la picazón.
- Loción de calamina: Alivia la irritación en la piel.
- Cortar las uñas cortas o usar guantes en la noche: Para evitar que el niño se rasque y deje cicatrices.
- Paracetamol para la fiebre: Nunca dar aspirina, ya que puede causar el síndrome de Reye, una complicación grave.
- Mantener al niño bien hidratado: Con agua, caldos o jugos naturales.
- Prevención: la importancia de la vacuna
La mejor manera de prevenir la varicela es a través de la vacuna.
En la mayoría de los países, la vacuna contra la varicela se administra en dos dosis:
- Primera dosis: Entre los 12 y 15 meses de edad.
- Segunda dosis: Entre los 4 y 6 años.
Los niños vacunados pueden contagiarse, pero si lo hacen, la enfermedad será mucho más leve. También se recomienda la vacuna en adolescentes y adultos que nunca han tenido varicela, ya que en ellos la enfermedad puede ser más grave.
La varicela es una enfermedad común en la infancia, pero eso no significa que no deba tomarse en serio. Si tu hijo la tiene, lo más importante es aliviar los síntomas y evitar complicaciones. Y si aún no ha sido vacunado, considera hacerlo para prevenir la enfermedad o reducir su gravedad.
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